
Tengo ronca el alma de quererte, en esta soledad llena que me ahoga. Tengo los ojos llenos de luz de imaginarte y tengo los ojos ciegos de no verte.

Tengo mi cuerpo abandonado al abandono y tengo mi cuerpo tiritando de no poder tocarte. Tengo la voz tosca de hablar con tanta gente y tengo la voz preciosa de cantarte.

Tengo las manos agrietadas de la escarcha y tengo las manos suaves de en el cielo acariciarte.
Tengo soledad, luz, alegría, tristeza, rebeldías, amor, sonrisas y lágrimas...



...

y también te tengo a ti, preciosa,
caminando por las venas con mi sangre.
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